Si pones los nuevos AirPods lado a lado con generaciones anteriores, inmediatamente detectas el cambio. El tallo es un 33% más pequeño y algunos elementos como la malla acústica de color negro para los micrófonos que también se pueden ver en los Pro están presentes de forma más prominente en esta nueva generación.
El diseño invisible siempre ha estado en el ADN de Apple y es normal que los auriculares sean cada vez más pequeños y discretos. Se agradece. Pero, a diferencia de los Pro, no hay almohadillas de silicona que entren en el oído y ayuden a aislar el sonido externo. Han optado por un tamaño único.
Tampoco existen accesorios extra para acomodarlos a diferentes tamaños del oido. Es el mismo diseño de siempre, al igual que en anteriores generaciones. Y el ser de tipo abierto es el principal motivo por el cual físicamente no sirven para ser usados con cancelación de sonido activa.
Hay millones de personas que odian sentir que hay algo dentro del canal del oído. Para todos aquellos, están los AirPods que quedan en la parte externa y llegan a ser lo suficientemente cómodos. Pero eso significa que inevitablemente se escuchará sonido externo. No es algo malo, simplemente es importante tenerlo en cuenta.