En medio de la devastación, los equipos de rescate en Turquía y el norte de Siria luchaban este martes contra el reloj y el frío para buscar entre los escombros a supervivientes del violento sismo del lunes, cuyo balance ya superó los 5,000 muertos.
La ayuda internacional debe empezar a llegar el martes a las zonas castigadas por el terremoto y sus réplicas. La primera sacudida, en la madrugada del lunes, alcanzó una magnitud 7.8 y se sintió hasta en Líbano, Chipre y el norte de Irak.
En Turquía, el número de muertos se elevó a 3,419 personas muertas y 20,534 heridas, declaró el martes el vicepresidente Fuat Oktay.
En Siria, al menos 1,602 personas fallecieron y 3,640 resultaron heridas, según los balances de las autoridades de Damasco y de los equipos de rescate de las zonas rebeldes.
En base a los mapas de la zona afectada, una responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Adelheid Marschang, indicó que «23 millones de personas están expuestas» a las consecuencias del terremoto, «incluyendo cinco millones de personas vulnerables».