Caminar para adelgazar, según Harvard

 Caminar para adelgazar, según Harvard

Una caminata aporta múltiples beneficios al organismo, entre los que destaca la pérdida de peso y la prevención de distintas enfermedades como la diabetes

Un ejercicio tan sencillo y cotidiano como es caminar supone una muy importante ayuda para huir del sedentarismo y de todos los problemas de salud que esto conlleva. Eso sí, este hábito debe ir siempre acompañado de una dieta sana y equilibrada para que todos sus beneficios sean efectivos.

En caso de que el principal objetivo sea perder peso, se habla mucho de que se deben realizar 10.000 pasos al día, sin embargo, los beneficios están presentes incluso por debajo de esta cifra. Según un estudio publicado por Harvard Medical School, una persona que pesa unos 56 kilos quemará, aproximadamente, 107 kcal caminando a ritmo moderado durante 30 minutos. Una de 70 kg lo hará unas 133 y, una de 85, 159. En caso de que el ritmo sea vigoroso, en el primer caso supondrá un gasto de 135 calorías, en el segundo de 175 y, el tercero, quemará 189 kcal.

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda realizar actividad física aeróbica moderada durante, al menos, 150 minutos a la semana, o 75 si se trata de ejercicio intensivo.

Además, los expertos de la Universidad de Harvard explican en Walking for Health como aprovechar al máximo cada caminata para perder peso de forma más rápida y efectiva.

Consejos de Harvard para adelgazar caminando
Agregar peso
Es una buena idea utilizar pesas para los tobillos o un chaleco lastrado para salir a andar, ya que esto hará que el organismo necesite más calorías. En concreto, Harvard recomienda incrementar el peso en torno a un 15% para quemar un 12% más de calorías.

Caminar cuesta arriba
Para incrementar el gasto calórico, es muy eficaz subir pendientes, lo cual puede llegar a aumentarlo un 13% sin tener que agregar peso.

Cambiar de velocidad
Harvard también recomienda ir cambiando de marcha para incrementar el esfuerzo. Así, hay que modificar el ritmo sin llegar a correr ni sobrepasar los límites.

Caminar después de cenar
Andar ya supone una práctica muy beneficiosa para el organismo, pero si se hace después de cenar se añade que la digestión es menos pesada y se disminuyen los niveles de glucosa en sangre. Si esta glucosa no se emplea, se almacena en forma de grasa, en cambio, al pasear después de comer se emplea en este fin.

Hacer ejercicios de resistencia
Todo esto, si se combina con ejercicios de resistencia que aumenten la fuerza, puede suponer una gran ayuda para lograr el objetivo de incrementar el gasto calórico.

Jos M.C.

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