Durante la gestión de la mandataria interina se registraron dos hechos graves: el 15 de noviembre en la localidad de Sacaba, cercana a la ciudad de Cochabamba (centro), y cuatro días después en la planta de gas de Senkata, en la ciudad de El Alto, vecina de La Paz.
En Sacaba se registraron 11 muertos y en Senkata otro número igual. Tappatá dijo que el GIEI «no duda» en calificar esos hechos «como masacres».
En Sacaba, una zona con fuerte influencia de cocaleros, los leales aliados de Morales, el grupo de investigación contó con el apoyo de expertos forenses argentinos y los estudios permiten «inferir» que algunas muertes fueron por «ejecuciones sumarias».
El presidente Arce, tras conocer el informe, anunció reparaciones para las víctimas.
Además, dijo que el informe relata con «claridad las graves violaciones de derechos humanos, masacres y ejecuciones extrajudiciales que sucedieron en nuestro país durante el golpe de Estado» contra su mentor político Morales.