De la caída de Silicon Valley a Credit Suisse en Europa
- Actualidad
salmonalipsis
- 16 de marzo de 2023
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El colapso de un banco estadounidense provoca una fuerte sacudida en el Viejo Continente.
En menos de una semana los cimientos del sistema financiero mundial se han tambaleado como no lo hacían desde la crisis de Lehman Brothers y sus réplicas, allá por 2008 y 2009. Los problemas de Silicon Valley Bank, una entidad californiana de mediano tamaño desconocida para el gran público, han degenerado en una crisis bancaria a escala global que ha dado la vuelta a las previsiones económicas de todo el año. El tsunami ha llegado a Europa a través de Credit Suisse, un gigante ya en horas bajas cuyos problemas amenazan con amplificar la crisis y que ha receibido esta madrugada apoyo de las autoridades. Queda por ver si esta actuación de las autoridades consigue frenar el miedo de invesores y ahorradores. Estas son las claves de la tormenta financiera que golpea a Europa.
¿Cuál ha sido el desencadenante de la tormenta?
La madrugada del pasado jueves Silicon Valley hacía públicas unas pérdidas de 1.800 millones de dólares a causa de la venta de una parte (21.000 millones) de su masiva cartera de deuda pública. La empresa, que tenía como clientes a empresas tecnológicas (el 98% de sus depósitos tenía más de 250.000 dólares), debía atender las peticiones de retirada de fondos de sus clientes, castigada por la subida de tipos. Con la deuda de EE UU a un año al 4,75%, el banco no tenía capacidad para competir en interés, por lo que los depositantes se marcharon, obligando al banco a devolverles el dinero.
En el caso de Silicon Valley Bank, la elevada concentración de sus clientes en un único sector donde todas las empresas se conocen aceleró la salida de capitales. Y, aunque ningún banco del mundo tiene dinero para devolverlo a todos sus clientes a la vez, esta entidad invirtió casi dos tercios de todo su activo en el mismo valor: deuda del Tesoro de EE UU. La misma subida de tipos hizo caer el precio de mercado de esta deuda (el interés nominal que paga un bono es fijo, pero si los tipos de referencia suben, el precio de mercado baja para ajustar ese interés nominal al interés relativo, en porcentaje, que se paga en el mercado). El banco, además, no tenía contratadas coberturas de tipos para esta eventualidad, por lo que tuvo que vender la deuda a precio de mercado. La publicación de las pérdidas solo aceleró la huida de dinero y la caída enBolsa. El viernes las autoridades intervinieron la entidad.
¿Por qué se ha extendido tan rápido?
La caída de Silicon Valley llegó después de la quiebra de otra entidad, Silvergate, en este caso por sus exposición a criptodivisas. El mercado teme que haya más entidades con los problemas de Silicon Valley, pues la subida de tipos de interés ha provocado pérdidas latentes en la cartera de deuda de la banca de EE UU por 620.000 millones de dólares. Además, los bancos regionales como Silicon Valley están menos supervisados que los grandes, por lo que el viernes la Bolsa ya castigó a muchas de estas entidades ante el riesgo de que tuvieran los mismos problemas financieros y la misma gestión deficiente que Silicon Valle Bank. Signature Bank o First Republic se vieron señalados desde el primer momento. No así los grandes bancos, con mayores exigencias de supervisión y cuyo tamaño sirve de escudo.
Cuando la confianza en la banca se resquebraja, los depositantes sacan su dinero, los accionistas venden y los inversores piden más dinero por prestar dinero a las propias entidades, decisiones que debilitan la situación de las entidades y, por tanto, aceleran la propia desconfianza. La banca regional en EE UU se desplomó en Bolsa, contagiando a parte del mercado europeo, puesto que las crisis financieras reververan con facilidad a través de los mercados dada la interconexión entre entidades e inversores.
Credit Suisse, a bank that lost $7.8 billion last year, is being rescued by a bank that lost $143 billion last year.
— Genevieve Roch-Decter, CFA (@GRDecter) March 16, 2023
Gotta love the banking system. pic.twitter.com/EQfVJ1UwVi
¿Cómo llegó el contagio a Europa?
La experiencia de decenas de crisis anteriores demuestra que una crisis bancaria es como una bola de nieve pendiente abajo: aunque no hubiera exposición directa a las entidades con problemas, la mera aversión al riesgo de los inversores sirve para extender el fuego: las entidades más débiles sufren salidas de dinero, problemas en Bolsa y mayores costes de financiación. Y estas entidades más débiles contagian, a su vez, a otras que no lo son tanto. En Europa el mercado ya tenía señalados desde el lunes a varias entidades, más castigadas que el resto. En particular Credit Suisse, inmersa en una espiral destructiva desde hace varios trimestres.
¿Qué pasó a Credit Suisse?
La noticia este miércoles de que el principal inversor de la entidad suiza no va a proporcionar más ayuda financiera, en caso de necesitarla, desencadenó la última réplica del terremoto. Credit Suisse se llegó a desplomar un 30%, aunque luego, moderó la caída hasta el 24,24%. El presidente del banco estatal saudí SNB, Ammar al Khudairy, primer accionista de la firma, rechazaba que su participación en el capital de Credit Suisse “no puede superar el 10%” por cuestiones regulatorias, por lo que en caso de que el grupo suizo necesitara fondos extra, SNB no podría proporcionarlos.
La víspera, Credit Suisse ya generaba suspicacias (y cerraba con caídas notables en Bolsa) tras reconocer fallos en su reciente gestión de riesgos y admitía que los controles habían sido “insuficientes”. Poco después, el CEO del banco pedía paciencia a los inversores para ejecutar el plan restructuración durante este año y tratar de enderezar la marcha de la entidad. El propio banco desveló en sus cuentas que contemplaba la posibilidad de todavía más fugas de depósitos. Según detallan los resultados de Credit Suisse, presentados el martes tras ser aplazados, el banco suizo tenía a cierre del último ejercicio 233.235 millones de francos suizos en depósitos (239.948 millones de euros). La cifra evidencia que la entidad sufrió una enorme fuga de depósitos, pero que efectivamente, todavía había margen para más. Un año antes, en 2021, tenía depósitos por valor de 392.819 millones de francos (404.126 millones de euros).
Esta fuga repercutió en las cuentas de Credit Suisse. Tuvo que vender una gran cantidad de activos para reembolsarlos, debilitando con ello su posición. Así, la partida de “activos líquidos de alta calidad” pasó de 227.193 millones de francos suizos en 2021 (233.732 millones de euros), a 119.954 millones de francos a cierre de 2022 (123.406 millones de euros). Los problemas de 2022 fueron la pólvora. Las quiebras de bancos en Estados Unidos hicieron de mecha.
Major Banks Appear to Be on the Verge of Collapse as Credit Suisse Shares Hit All-Time Lows
— The Vigilant Fox 🦊 (@VigilantFox) March 16, 2023
David Sacks: "We've had such bad Fed policy for the last number of years now that it's entirely too little too late." pic.twitter.com/7U8BqFrCSX