El SARS-CoV-2, el virus que causa el covid, se transmite principalmente por el aire . De ahí que la clave para evitar contagiarnos, entendiendo cómo es el comportamiento de estas partículas que circulan por el aire.
El aire es un fluido compuesto por moléculas invisibles que se mueven de forma rápida y aleatoria. En este mar de moléculas flotan los aerosoles respiratorios, que pueden contener el virus y terminan dispersándose por los espacios interiores, como por ejemplo lo hace el humo de un cigarillo en una habitación o un autobús. Una persona infectada puede exhalar aerosoles que contengan el virus, y cuanto más cerca de ella nos encontremos, mayor posibilidad hay de que los inhalemos. Además, cuanto más tiempo estemos en la misma habitación, más virus inhalaremos. Si nos encontramos en exteriores, el espacio es casi infinito y el virus no se comporta de la misma forma, aunque nos podemos infectar igualmente si hablamos cerca de un contagiado.
Todas las variantes de SARS-CoV-2 se transmiten por el aire, pero las posibilidades de contraer el virus dependen de la transmisibilidad o contagiosidad de cada variante (la Delta era más contagiosa que las variantes anteriores, pero la Ómicron lo es aún más ) así como del número de personas que están infectadas en un momento dado (la prevalencia de la enfermedad).
Probabilidad de infectarse
Estas probabilidad son: factores víricos (transmisibilidad, prevalencia), factores personales (llevar la mascarilla / no llevarla, estar haciendo ejercicio / estar en reposo, realizar alguna actividad de vocalización / estar en silencio), factores relativos a la calidad del aire (interiores / exteriores, habitaciones grandes / habitaciones pequeñas, llenas de gente / con poca gente, ventiladas / no ventiladas).