Dos de los medicamentos más habituales para la prevención de las enfermedades coronarias pueden tener el efecto contrario cuando se unen a olas de calor como las que vivimos en verano. Estos medicamentos son la aspirina y algunos que reducen la presión arterial.
Un estudio ha puesto en alerta sobre factores farmacológicos que pueden estar influyendo. Dos de los medicamentos que se dan para prevenir los infartos se relacionan con un mayor riesgo de problemas coronarios cuando se suma al calor extremo.
ASPIRINA Y BETABLOQUEANTES
Estos medicamentos son antiagregantes plaquetarios como la aspirina, y los betabloqueantes, que son fármacos utilizados para reducir la presión arterial, como el bisoprol o el atenolol, prescritos en casos no solo de hipertensión sino también de arritmias y de insuficiencia cardíaca.
“Los pacientes a los que se prescribe estos dos fármacos deben tomar precauciones durante las olas de calor” ha advertido el doctor Kai Chen, epidemiólogo de la Universidad de Yale (Estados Unidos), que ha dirigido el estudio.
Para llegar a esta conclusión, investigadores alemanes y norteamericanos analizaron las cifras de infartos que hubo durante los meses de primavera y verano en la ciudad de Augsburgo, en el sur de Alemania. Estudiaron cerca de 2.500 casos, entre 2001 y 2015, y se relacionaron con la temperatura que había el día del infarto.
Resultó que las personas que se medicaban con antiagregantes plaquetarios y betabloqueantes para la presión tenían más probabilidades de sufrir infarto esos días más calurosos.