Kansas — Muchos hospitales cuya capacidad ha quedado rebasada y que se han quedado sin camas disponibles están colocando a pacientes graves de COVID-19 en aviones, helicópteros y ambulancias para enviarlos a cientos de kilómetros (millas) de distancia para que sean atendidos en otros estados.
La propagación de la variante delta del coronavirus, combinada con las bajas tasas de vacunación, ha llevado a los hospitales al límite en varias entidades, lo que ha resultado en una búsqueda desesperada de camas disponibles.
El problema es que los hospitales grandes en zonas urbanas ya se estaban quedando sin espacio y sin personal por procedimientos no relacionados al COVID, como biopsias para la detección de cáncer y reemplazos de cadera, al momento en que inició el repunte del verano.
Eso significa que tienen muy pocas camas disponibles para pacientes de pequeños hospitales rurales que no cuentan con pabellones de terapia intensiva o para los centros médicos en lugares con altas tasas de contagio del coronavirus.
“Imaginen no tener cerca a tu familia para recibir apoyo, tener tal ansiedad si tienes a alguien que está gravemente enfermo”, dijo Steve Edwards, director general de CoxHealth, cuyo hospital en Springfield, Missouri, atiende a pacientes de lugares tan remotos como Alabama.