Otra final olímpica para Las Leonas. Una más, después de las de Sidney 2000 y Londres 2012. Y de nuevo el rival serán los Países Bajos, como en la última ocasión, pero ahora con un plantel renovado, lleno de ilusiones, confiado en ganar la única medalla que aún no tiene en la vitrina: la de oro. Están on fire, las chicas. Y queda en evidencia a la hora de los festejos.
Agustina Albertario es el alma de la fiesta en el vestuario del seleccionado femenino de hockey que acaba de conseguir el pasaje a la final. La mimada de Lucas Alario hace que todas bailen, incluso la voluntaria japonesa que las acompaña de aquí para allá desde que empezaron los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Ella, la nipona, está en el medio, y a su alrededor las argentinas, que menean, cantan, gritan, se abrazan. Celebran el 2-1 ante India que les abrió la puerta al partido más esperado de todos: el que pondrá en juego esa medalla dorada que desde hace tanto merecen.
Detrás de la cámara, Sofía Maccari, suplente en la cancha pero titular indiscutida en lo que al espíritu del equipo se refiere. Siempre con una sonrisa y dispuesta a hacer lo que sea para sacarle una a sus compañeras, la jugadora de San Fernando es considerada una pieza fundamental por el cuerpo técnico, que le dio la posibilidad de regresar al seleccionado argentino después de ocho años de ausencia.