El hielo ¿es realmente eficaz para tratar lesiones?

Es inmediato. Nos lesionamos haciendo deporte y alguien, de manera inmediata, te dice que trates de ponerte hielo o algo frío para curarlo antes. Llegas a casa y lo haces, con la intención de que al día siguiente el dolor sea menor y la curación más rápida.
Así, la aplicación de hielo en una lesión muscular es uno de los primeros recursos a los que prácticamente todo el mundo recurre como tratamiento de primeros auxilios.
Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado si el hielo es realmente eficaz a la hora de tratar tus lesiones? ¿Crees que puede ayudar a acelerar la curación del daño en el músculo?
Pues bien, la realidad es que el efecto del hielo en la regeneración muscular dependerá siempre del grado de lesión muscular que ha padecido cada persona.

¿Cómo de beneficioso es el hielo para curar lesiones musculares?
Según revela una investigación realizada por una colaboración japonesa multiinstitucional, el hielo sí que sería efectivo para tratar lesiones leves, y concretamente en este caso tendría un resultado muy positivo.
Así, tal y como han demostrado un grupo de investigadores japonenes, la extensión de la lesión puede tener un mayor impacto en la efectividad de la formación de hielo que el método o el momento empleado, según publican en la revista American Journal of Physicology-Regulatory.
De este modo, los hallazgos pretenden conducir a la difusión de información más precisa sobre los efectos del hielo en los hospitales y en los ámbitos de los deportes y la educación física.
Concretamente, los resultados han demostrado que la aplicación de hielo al daño muscular en un pequeño porcentaje de fibras musculares en ratas promueve la regeneración muscular.
Para comprobarlo, los investigadores anestesiaron a diferentes ratas, a las que les expusieron el músculo y lo sujetaron entre pinzas para inducir la lesión. En sus experimentos anteriores, los investigadores habían colocado un peso de 500 gramos en las pinzas, lo que indujo una lesión que afectó al 20% del número total de fibras del músculo. En el presente estudio, intentaron colocar un peso de 250 gramos en las pinzas y demostraron que esto podría usarse para lesionar constantemente el 4% de las fibras. Esta lesión sería similar al grado de lesión que se puede producir al realizar actividades deportivas como el ejercicio vigoroso o una maratón de larga distancia.
Durante el estudio, los expertos colocaron bolsas de hielo de polietileno sobre la superficie de la piel de algunos de los animales durante tres sesiones de 30 minutos por día, con una diferencia de 1,5 horas entre cada sesión. Lo hicieron hasta dos días después de la lesión, para conseguir un total de nueve sesiones de aplicación de hielo.
Dos semanas después, vieron que la regeneración de los músculos en el grupo en el que se utilizó hielo y en el grupo sin hielo reveló diferencias significativas en el tamaño de las fibras.
Esto demuestra la posibilidad de que la formación de hielo promueva la regeneración del músculo esquelético.
En definitiva, el presente estudio demuestra que aplicar hielo tras una lesión leve sería una medida eficaz, porque previene la expansión secundaria de la lesión muscular causada por los macrófagos proinflamatorios.
Otras formas de tratar lesiones, aparte del hielo
Desde el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (NIAMS, por sus siglas en inglés) aseguran que, además del hielo, existen otras maneras de tratar lesiones leves.
En algunos casos, la compresión del área lesionada puede ayudar a reducir la inflamación. Así, un vendaje elástico puede funcionar bien, aunque no hay que apretarlo demasiado.
Además, mantener la zona en reposo sería clave. Por tanto, limitar las actividades en las que usa el área lesionada durante al menos uno o dos días será fundamental.
Por último, mantener la zona de la lesión elevada sobre una almohada, como el tobillo, la rodilla, el codo o la muñeca también será beneficioso para disminuir la inflamación.