El telescopio de 10.000 millones de dólares —que usa sensores ultrarrojos— es considerado sucesor del Telescopio Espacial Hubble y buscará luz de las primeras estrellas y galaxias formadas en el universo hace 14.000 millones de años. Examinará además las atmósferas de mundos lejanos en busca de indicios de vida.
La NASA no detectó un problema grave con el espejo de Hubble hasta después de su lanzamiento, en 1990. Pasaron más de tres años antes de que los astronautas en caminata espacial pudieron corregir las imágenes generadas por el telescopio.
Aunque todo parece bien ahora con el Webb, los ingenieros deben descartar cualquier falla importante en el espejo para el mes próximo, explicó Lee Feinberg, director del telescopio espacial James Webb.
El espejo del Webb es el mayor que se haya lanzado al espacio. Una cámara de luz infrarroja en el telescopio tomó una foto del espejo cuando un segmento apuntaba a la estrella.