El inicio del duelo fue marcado por un Fulham que estuvo de diez. Con una estupenda presión en tres cuartos, cerrando los espacios por dentro para impedir conectar a Fabinho y Thiago con el juego de posesión, impidió que Van Dijk y Matip iniciaran las jugadas con criterio ya desde el primer minuto, cuando en un robo Mitrovic, que fue el mejor sobre el campo, casi logra el primer tanto.
Esa incomodidad duró lo suyo. Más de lo esperado seguramente, porque todos los duelos de balones divididos cayeron del lado del Fulham. Ni siquiera el tanto bien anulado a Luis Díaz despertó el dominio que se presumía del Liverpool antes de empezar la contienda contra un recién ascendido a la Premier League. Con pocas ocasiones por ambos lados, el gol llegó en un cabezazo de Mitrovic, que se impuso sobre Alexander-Arnold (33′).
Eso sí que pareció despertar por fin al conjunto de Klopp. Bueno, el gol y también Thiago Alcántara, que decidió bajar como un falso lateral para empezar a entrar más en juego y eso desequilibró la presión del conjunto de Marco Silva. Aun así, y a pesar de pisar más campo rival, el palo evitó que Luis Díaz igualara el marcador y el resultado no se movió al descanso.