Frontera entre EU y México llena de inquietudes

 Frontera entre EU y México llena de inquietudes

Los migrantes que se encuentran a lo largo de la frontera siguieron adentrándose en el fronterizo río Bravo en su intento por ingresar a Estados Unidos mientras desafiaban a los agentes que desde el otro lado les gritaban que se regresaran.

La frontera entre Estados Unidos y México estaba relativamente tranquila el viernes y ofrecía pocas señales del caos que se temía tras la oleada de migrantes ansiosos por cruzar a territorio estadounidense antes del fin de las restricciones migratorias relacionadas con la pandemia del coronavirus.

Menos de 24 horas después de que se levantaran las reglas conocidas como Título 42, los migrantes y las autoridades estadounidenses seguían evaluando el efecto del cambio y las nuevas regulaciones para estabilizar la región adoptadas por el gobierno del presidente Joe Biden.

“No vimos ningún aumento sustancial en cuanto a inmigración esta mañana”, declaró Blas Nunez-Neto, del Departamento de Seguridad Nacional. Agregó que la agencia no tenía cifras específicas porque la situación apenas comienza.

Los migrantes que se encuentran a lo largo de la frontera siguieron adentrándose en el fronterizo río Bravo en su intento por ingresar a Estados Unidos mientras desafiaban a los agentes que desde el otro lado les gritaban que se regresaran. Otros trataban de acceder desde sus teléfonos celulares a la aplicación de citas, un proceso crucial como parte de las nuevas normas. Los migrantes con cita cruzaron por un puente con la esperanza de una nueva vida. Adicionalmente, por medio de demandas legales, se buscaba frenar al menos algunas de las medidas.

El gobierno de Biden ha aseverado que el nuevo sistema está diseñado para imponer medidas enérgicas contra los cruces no autorizados y ofrecer una nueva vía legal para los inmigrantes que pagan miles a los traficantes de personas para que los lleven hasta la frontera.

Ahora, Estados Unidos prácticamente prohíbe a los inmigrantes solicitar asilo en el país sin haberlo tramitado antes en línea o si no buscaron protección primero en los países por los que viajaron. Las familias a las que se les permita ingresar conforme avanzan sus casos migratorios serán sometidas a toques de queda y monitoreo por GPS.

En la mexicana Ciudad Juárez, al otro lado del río, muchos migrantes miraban sus celulares con la esperanza de obtener una codiciada cita para obtener permiso para cruzar. La app para registrarse cambió, por lo que algunos explicaban a otros cómo usarla.

En las cercanías, otros migrantes cargaban sus teléfonos en un poste de luz para tratar de conseguir una cita. La mayoría de ellos se resignó a esperar.

Yeremy Depablos, una venezolana de 21 años que viaja con siete primos, espera que la nueva medida agilice las citas. Por temor a ser deportada, Depablos no quiso cruzar sin autorización legal pese a que espera desde hace un mes en Ciudad Juárez.

Las vías legales promovidas por el gobierno estadounidense consisten en un programa que permite el ingreso de hasta 30.000 personas al mes procedentes de Haití, Cuba, Nicaragua y Venezuela si presentan una solicitud en línea, cuentan con un patrocinador financiero e ingresan por vía aérea.

Se están abriendo alrededor de 100 centros de procesamiento en Guatemala, Colombia y otros lugares para que los migrantes soliciten permiso para ingresar a Estados Unidos, España o Canadá. Cerca de 1.000 personas pueden entrar a diario por cruces terrestres desde México, siempre y cuando consigan una cita mediante la app.

Si funciona, el sistema alterará fundamentalmente la forma en que los migrantes llegan a la frontera sur de Estados Unidos, pero Biden, que se postula para la reelección, enfrenta críticas fulminantes de parte de defensores de los inmigrantes, quienes aseguran que el presidente está abandonando métodos más humanitarios, y de los republicanos, que afirman que está adoptando una postura blanda respecto a la seguridad en la frontera.

El viernes por la mañana, pequeños grupos de migrantes haitianos con citas para solicitar asilo cruzaron el puente internacional Gateway que conecta Matamoros, en México, con Brownsville, en Texas. Lo hicieron con la ayuda de una organización no gubernamental, adelantándose al tráfico habitual de estudiantes y trabajadores que hacían fila en el tramo peatonal del puente. El tráfico vehicular parecía normal.

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