Diferentes embajadas pidieron esta semana a sus ciudadanos alejarse de la terminal por temor a potenciales ataques que se materializaron finalmente este jueves.
Detrás de ellos, según las agencias de inteligencia de Estados Unidos, estuvo EI-K(ISIS-K, por sus siglas en inglés) o Provincia del Estado Islámico de Khorasan, la filial regional del autodenominado Estado Islámico (EI) que está activo en Afganistán y Pakistán y que son enemigos de los talibanes.
El propio grupo se atribuyó la autoría del ataque y celebró al atacante suicida que, según su versión, detonó un chaleco bomba a la entrada del aeropuerto.
Las explosiones tuvieron lugar poco más de una semana después de que el presidente estadounidense, JoeBiden, asegurara que su país había cumplido su misión en Afganistán tras vencer «el terrorismo» en el país.