La evolución en general, y la de los virus en particular, está determinada por las condiciones reproductivas en un determinado medio.
En virología existe un concepto denominado «viral fitness», que podría ser traducido como aptitud viral, que determina la selección de aquellas partículas virales que introducen cambios para replicarse y transmitirse de forma más efectiva.
En otras palabras, se seleccionan virus más aptos al contexto de infección con el que se van encontrando.
Cuando el virus se encuentra a más personas con inmunidad, se ve obligado a enfrentarse a las defensas con las que antes no se encontraba, además de tener que competir entre sí con otras variantes.
De esta forma, las variantes que «ganarán» serán aquellas que tengan una ventaja sobre variantes previas, no preparadas para ese nuevo escenario inmune.
Por tanto, las variantes que escapen del efecto de las vacunas serían, en teoría, las que se impondrían sobre otras. En este escenario, las vacunas dejarían de funcionar a medio o largo plazo.