Este tipo de roturas normalmente se cura por sí sola con el tiempo, pero dado el posible daño al oído interno por el agua, el atleta a menudo tendrá que permanecer fuera de la piscina hasta que se produzca la curación.
Un dato nada baladí si tenemos en cuenta que, en una competición tan corta como las olimpiadas, una lesión, por pequeña que sea, puede significar estar fuera para el resto del torneo.
Además, dado que la cabeza es la única parte del cuerpo de un nadador que se mantiene constantemente por encima del agua, los gorros también funcionan como camisetas de ambos equipos, lo que les permite distinguir a los compañeros de los oponentes (e incluso entre compañeros de equipo, ya que sus números están impresos en los gorros)