Respecto a los motores, el nuevo Range Rover ofrecerá un amplio abanico de opciones, compuestas por hibridación ligera, híbrido enchufable y (pronto) eléctrico. La gama comienza con los híbridos ligeros de gasolina P360 y P400 y los de ciclo diésel D250, D300 y D350. La versión híbrida enchufable (PHEV) tiene una batería de 38,2 kWh y promete una autonomía eléctrica de unos 100 kilómetros, una distancia que, según Land Rover, el 75% de sus clientes recorre a diario.
Las versiones P440e y P510e están equipadas con un motor 3.0 de seis cilindros en línea más un propulsor eléctrico de 105 kW. En el más potente, el P510e, Land Rover afirma que la aceleración de 0 a 100 km/h es de 5,6 segundos y que las emisiones de CO2 son inferiores a 30 g/km. La única variante no electrificada es el P530 con un motor V8 biturbo que es un 17% más eficiente que el modelo anterior. Para el Range Rover 100% eléctrico habrá que esperar a 2024.
La transmisión es automática con convertidor de par de 8 velocidades, firmada por ZF, en conjunción con una reductora de dos velocidades, ideal para sortear los terrenos más complicados a los que se enfrente el nuevo Range Rover.