Recomendaciones para personas con enfermedades hepáticas

El hígado es uno de los órganos más polivalentes que hay en el cuerpo. Es el responsable de filtrar toxinas, producir bilis y regular los niveles de glucosa. Pero cuando aparece la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA), es como si el hígado tuviera un atasco: el exceso de grasa acumulada en el hígado obstruye las vías de circulación habituales e interrumpe el funcionamiento normal del órgano, lo que provoca una gran cantidad de problemas de salud.
Afortunadamente, hay formas de solucionar este problema hepático y restablecer su funcionamiento normal. Aunque se pueden recetar medicamentos, el principal tratamiento de la EHGNA consiste en modificar el estilo de vida, como la dieta y el ejercicio. Es decir, que hay que comer menos y más saludable al mismo tiempo que se queman más calorías y se hace trabajar el cuerpo.
Pero este no es el único enfoque que puede funcionar. El ayuno intermitente, otra forma de controlar el peso a base de dejar de comer a partir de determinadas horas, también se ha posicionado como un factor a tener en cuenta si se combina con el ejercicio.
Quizás no es la mejor, pero también es efectiva
Los investigadores de nutrición de la Universidad de Illinois, en el estado de Chicago, han estudiado a 80 personas con hígado graso no alcohólico y han observado que aquellos que llevaban una dieta de ayuno en días alternos y hacían ejercicio conseguían buenos resultados a la hora de mejorar su salud, aunque no se ha determinado si esta estrategia para lidiar con la enfermedad es la mejor. Los resultados se han publicado en la revista Cell Metabolism.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores repartieron a los voluntarios en cuatro grupos para medir la reducción del hígado graso: un grupo hizo ejercicio aeróbico regular de intensidad moderada, otro ayunó en días alternos combinando 600 calorías con días sin restricciones, el tercer grupo hizo ayuno más ejercicio, mientras que el último solamente fue el grupo de control.
«Cuando comparamos los resultados de nuestros grupos de estudio, vimos claramente que los pacientes que más mejoraban eran los del grupo que seguía la dieta de ayuno en días alternos y hacía ejercicio cinco días a la semana», ha asegurado Krista Varady, autora del estudio. Según ella, estos resultados son «bastante sorprendentes», ya que el ayuno suele ser un método que cuesta llevar a cabo y hay una amplia tasa de abandono.
Por otra parte, la combinación de ejercicio junto a la privación de calorías durante intervalos grandes se ha confirmado como segura. Durante el estudio no se produjeron incidentes graves de seguridad y todos los voluntarios pudieron mantener con seguridad la dieta y el ejercicio durante meses. Esto viene a indicar que tratar el EHGNA con esta fórmula sería eficaz y seguro.
Pero, como es de esperar, este método no solamente sirve para tener una mejoría en el hígado. Por supuesto, restringir las calorías y hacer deporte lleva a reducir otros aspectos como el peso, la masa grasa, la cintura y la resistencia a la insulina.