La salud de la monarca es motivo de preocupación en el Reino Unido. El pasado 20 de octubre tuvo que permanecer una noche ingresada.
La Reina Isabel II ha cancelado a última hora su esperada reaparición en público, en los actos de conmemoración del Día del Armisticio en el Cenotafio de Londres. En un escueto comunicado, el palacio de Buckingham informó que la monarca sufrió «una distensión muscular en la espalda» y tomó la decisión de no asistir a la ceremonia.
«Su Majestad está decepcionada por no poder asistir al acto», podía leerse la breve nota de prensa que ha vuelto a disparar los rumores sobre su precario estado de salud a sus 95 años. El Príncipe Carlos asistirá en su lugar, arropado por Camilla y por los Duques de Cambridge, para depositar la emblemática corona del flores en el también conocido como Día de la Amapola.
La reina canceló repentinamente su viaje Irlanda del Norte a primeros de octubre tras una maratón de actos protocolarios a la vuelta de sus vacaciones en Balmoral, Escocia. Los médicos le recetaron descanso a la vista de los signos de fatiga, según la versión oficial.