Gomez posó, con el vestido abierto y ante una pared llena de grafitis, en una fotografía en blanco y negro para el artista, que suele hacer las fotografías bastante más cercanas para mostrar su trabajo. Sin embargo, en esta ocasión ha primado la privacidad de la estrella que su obra, dado que el solo hecho de que Selena haya acudido a él ya es suficiente publicidad -puesto que además no es siquiera la primera vez que la tatúa-.
No queda claro pues de qué se trata, aunque hay quien ha especulado con un atrapasueños dado que empieza justo en la base del cuello (poco más arriba, en la nuca, ya tiene un 76 en números romanos, también hecho por Bang Bang McCurdy) y baja hasta casi por debajo de los omoplatos. También hay quien cree ver una rosa o una cascada.
A pesar de que la mayoría de los fans le han pedido al tatuador que publique una fotografía realizada «desde más cerca», difícilmente ocurrirá y seguirán teniendo que esperar a la siguiente gala de premios en el que el vestido de la también actriz esté descubierto por la espalda, o, claro, al verano, época mucho más dada a la ropa volátil.