Durante la pandemia, la doctora Konstantina Stankovic, investigadora del oído interno y otorrinolaringóloga, se sorprendió cuando empezó a ver en su clínica de Massachusetts a pacientes expuestos al coronavirus que se quejaban de pérdida de audición, zumbidos en los oídos conocidos como acúfenos o tinnitus y mareos, que suelen empezar en el oído interno.
Luego de meses de investigación, que culminaron con la reciente publicación de un estudio en Communications Medicine, los expertos hallaron una relación directa entre el coronavirus y los trastornos auditivos y del equilibrio. Y Stankovic cree que estos síntomas deberían estar en el radar de todo el mundo.
“Nuestro estudio demostró que el virus SARS-CoV-2 que causa la COVID-19 puede infectar directamente el oído interno”, aseguró la experta y explicó: “Durante el punto álgido de la pandemia, cuando los pacientes tenían más complicaciones que ponían en peligro su vida, no prestaban mucha atención a si su audición estaba reducida o si tenían vértigo. Era fácil descartar estos síntomas como una mera coincidencia, y aún no se disponía de pruebas rutinarias para detectar el SARS-CoV-2″.
La especialista recomienda que las pruebas de audición se vuelvan rutinarias para cualquier persona diagnosticada de Covid-19. O que si un paciente presenta una pérdida de audición de nueva aparición, tinnitus o vértigo, y estuvo expuesto al virus, se someta a pruebas y a un seguimiento por parte de su proveedor de atención sanitaria para detectar un empeoramiento de los síntomas.