Tornados golpean el sur de Estados Unidos

 Tornados golpean el sur de Estados Unidos

Desde el satélite se puede observar la destrucción que causaron los tornados en Misisipi y Alabama, donde se registran 26 muertos

El pasado viernes el poder de la naturaleza dejó constancia en los estados de Misisipi y Alabama, que en conjunto suman 26 muertos. Las imágenes hablan por sí mismas. La fuerza de los vientos desapareció de la faz de la Tierra estructuras completas y la tragedia parece que podría crecer.

Imágenes satelitales muestran el antes y el después del paso de los tornados. Almacenes, museos, casas, árboles y escuelas, todo por igual cedió ante el embate destructor de los tornados en el sur de los Estados Unidos.

El pueblo de Rolling Fork desapareció por completo
El devastado estado de Misisipi seguía enfrentando en la noche del domingo las secuelas de los tornados que lo arrasaron, mientras se temen nuevas inclemencias climáticas.

Los equipos de rescate evaluaban el daño en casas destruidas, edificios derribados y vehículos aplastados en Rolling Fork, un pequeño poblado que prácticamente desapareció.

En ese municipio de unos 2.000 habitantes, las calles parecen una «zona de guerra», dijo a la AFP John Brown, responsable de la Cruz Roja para los estados de Alabama y Misisipi.

En tanto, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) advirtió a los pobladores de esos dos estados de posibles nuevas «tormentas eléctricas supercelulares» la noche del domingo, que podrían «producir fuertes tornados y granizos muy grandes».

El número de muertes el domingo «todavía se mantiene en 25 con decenas de heridos», indicó el último reporte del Servicio de Emergencia de Misisipi (MSEMA), que advirtió que es probable que la cifra «cambie» próximamente.

Vientos de más de 160 km/h atravesaron este estado del sureste de Estados Unidos, dejando «daños devastadores» a su paso, dijo el gobernador de Misisipi, Tate Reeves.

Uno de los tornados fue clasificado preliminarmente como categoría 4 (en la escala Fujita de 5), indicó el MSEMA.

Filas enteras de casas fueron arrancadas de sus cimientos, las calles están llenas de escombros y se ven algunos automóviles en techos de viviendas, así como árboles derribados y con trozos de metal enroscados en sus troncos.

Dolor y angustia

El sábado comenzó a organizarse la ayuda en esta ciudad. La Cruz Roja estadounidense se instaló en un edificio de la Guardia Nacional, al que están llegando alimentos, medicamentos y catres.

Algunas personas viajaron decenas de kilómetros para ayudar a los damnificados.

Jon Gebhardt, profesor asistente de ciencias militares en la Universidad de Misisipi en Oxford, a unas tres horas en coche desde Rolling Fork, declaró que llegó a la localidad en la noche del viernes para colaborar en el montaje del centro de asistencia.

Debido al «dolor y la angustia» de los habitantes, «lloré mucho», declaró a la AFP.

El sábado por la noche, electricistas en camionetas recorrieron la ciudad para tratar de restaurar la energía lo más rápidamente posible.

«Vamos a hacer todo lo posible para dar soluciones de vivienda y otros medios para que la gente vuelva a la ciudad lo más pronto posible», dijo Reeves durante una rueda de prensa en Rolling Fork.

El gobernador estaba acompañado del secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, quien dijo haber visto una situación «angustiosa».

También mencionó el cambio climático.

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