Aún así la máquina virtual creada a través del popular QEMU iba sorprendentemente fluida —y cómo no, se podía jugar a Doom en ella— y lo cierto es que las capturas en modo apaisado dejaban ver que la interfaz no tenía mucho que envidiar (salvo por resolución y diagonal de pantalla) a las de un portátil o un PC convencional.
Ese soporte para crear y utilizar máquinas virtuales no solo le permitió demostrar que era posible ejecutar Windows 11 ARM en su Pixel 6: también hace posible crear y ejecutar máquinas virtuales con diversas distribuciones Linux (para arquitecturas ARM), de las que afirma que funcionan con «rendimiento casi idéntico al nativo» al menos en modo consola, como se ve en otro de sus tuits:
Será interesante ver cómo evoluciona esta característica, pero desde luego plantea escenarios de uso muy llamativos si por ejemplo conectamos el móvil a un monitor, un teclado y un ratón y acabamos usando Windows 11 ARM o alguna de esas distribuciones Linux con el móvil conectado a esos periféricos. Tu próximo PC podría ser tu smartphone después de todo.