El mundo logró el hito de haber administrado mil millones de dosis de vacunas contra el COVID-19, sólo cuatro meses después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobara el primer antídoto para uso de emergencia, y comenzaran los despliegues en países como Estados Unidos y el Reino Unido. La velocidad a la que se administraron es notable, pero la distribución desigual pone de relieve las disparidades globales, dicen los investigadores.
“Es un logro científico sin precedentes. Nadie podría haber imaginado que, a los 16 meses de la identificación de un nuevo virus, habríamos vacunado a mil millones de personas en todo el mundo con una variedad de vacunas, utilizando plataformas y fábricas en diferentes países”, dice Soumya Swaminathan, científico jefe de la OMS, con sede en Ginebra, Suiza.
Hasta el 27 de abril, se habían dado 1.060 millones de dosis a 570 millones de personas, lo que significa que alrededor del 7,3% de la población mundial de 7.790 millones recibió al menos una dosis. Pero los científicos dicen que más del 75% de la población mundial tendrá que ser vacunada para controlar la pandemia.